El Shawarma, el sándwich árabe que se quedó en las mesas caraqueñas.





        ¿Quién no conoce o ha comido un shawarma en Caracas y sus ciudades aledañas? Esta deliciosa comida de proveniente del Medio Oriente  se ha convertido en una de las mejores  alternativas para comer bien y sabroso. Líbano, Siria, Turquía, Israel, Marruecos, Irán, Egipto, Arabia Saudita...Han dado al mundo un abanico de sabores, olores y colores que hoy en muchas ciudades del mundo son un delicioso menú.


       La comida árabe que hoy conocemos ha sido el resultado de siglos, mixturas, nomadismo en el desierto, influencias hindú y mediterránea. El pastoreo en el desierto conllevó a  privilegiar la preparación y consumo de ciertos alimentos como los derivados lácteos, quesos, yogourt, miel de abejas y carnes como la de carnero. El comercio con otras regiones de Asia permitió la incorporación de especies como la canela, la cúrcuma, entre otras. Asimismo, las semillas de sésamo (en Venezuela le decimos ajonjolí), nueces, almendras, así como higos, dátiles, melocotones, duraznos (o Damascos) y frutos secos constituyen una de las gastronomías más equilibradas en la combinación de sus vegetales, frutos secos, semillas, especies y proteínas. (1)



Ventajas del shawarma. Se pudieran decir que el shawarma es una comida rápida (fast food), pero a diferencia de los perros calientes (hot dogs), los cachitos o las hamburguesas, los ingredientes clásicos del shawarma son más sanos. El pan árabe , la lechuga, el tomate, perejil, las salsas, ya sean de ajonjolí, garbanzos, berenjena o ajo, y los rellenos de pollo o carne asada o de falafel (a base garbanzos) son alimentos naturales no procesados químicamente. Además, las calorías que contiene son menores. Mientras una hamburguesa de reconocidas cadenas de restaurantes o de los puestos ambulantes puede tener entre 480 a 900 calorías, un shawarma no pasa de las 300 calorías.

Puede ser un almuerzo o cena bien completo y balanceado porque contiene carbohidratos (pan) proteínas (pollo, carne, falafel a base de grano de garbanzos) legumbres (lechuga, tomate, cebolla).

Un plato que se integró a la cultura gastronómica caraqueña. Los inmigrantes árabes, libaneses o turcos que llegaron a Caracas supieron introducir este delicioso plato en nuestra cotidianidad  y hoy  en cualquier centro comercial o calle siempre podemos encontrar una venta de shawarma. Son tradicionales los de el boulevard de Sabana Grande o los del El Arabito en la avenida Casanova. En los sótanos de Parque Central está un local paradigmático: Alibabá. Los shawarmas junto con el té que se puede degustar allí tienen una frescura y un sabor muy auténtico. La sensación que le queda después de comerse uno es la de haber comido ingredientes de primera y frescos a un precio razonable.
Si hay una comida “rápida” que por nuestra ajetreada vida laboral a veces no vemos en necesidad de comer, un shawarma es una opción que no levanta remordimientos. Que se puede comer con confianza para la salud, el tiempo, por el  delicioso sabor y para el bolsillo.


(1)Garduño Morales, Susan Carolina, "Sabores del mundo: La cocina árabe", Claustronomía. Revista gastronómica digital, Universidad del Claustro de Sor Juana, México, D.F., 2014, <www.claustronomia.mx>.



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